A medida que el polvo apenas se asienta sobre “Hecho en China 2025” , Beijing está intensificando su búsqueda de supremacía tecnológica con un enfoque en las “industrias futuras” en medio de su creciente rivalidad con Estados Unidos.
Las autoridades están superando los límites en su búsqueda de un nuevo modelo de crecimiento centrado en avances tecnológicos y mejoras industriales.
¿Qué son las “industrias del futuro”?
Introducido por primera vez por el presidente Xi Jinping en 2020, el término se refiere a sectores con tecnologías fundamentales aún en sus inicios pero que se espera que posean un potencial enorme.
Plan Quinquenal 2021-25 destacó la inteligencia inspirada en el cerebro, la información cuántica, la tecnología genética, las redes futuras, el desarrollo aeroespacial y de aguas profundas y la energía y el almacenamiento de hidrógeno como áreas en las que China pretende asegurar un liderazgo temprano.
Esa lista ahora se está ampliando a medida que el gobierno agrega gradualmente nuevos sectores prioritarios.
En 2024, el Ministerio de Industria y Tecnología de la Información (MIIT) publicó directrices que identifican áreas objetivo que incluyen robots humanoides, equipos de red 6G, interfaces cerebro-computadora, centros de datos de IA a gran escala y aviones grandes de próxima generación.
¿Qué avances se han logrado hasta ahora?
Hangzhou, la capital de la provincia de Zhejiang, ha sido promocionada como el nuevo “Silicon Valley” de China , y las nuevas empresas tecnológicas locales han atraído la atención mundial.
Entre ellas se encuentran seis empresas destacadas, apodadas los “Seis Pequeños Dragones” : DeepSeek; Game Science, el desarrollador detrás de Black Myth: Wukong ; las empresas de robótica Unitree y Deep Robotics; BrainCo, una empresa inspirada en Neuralink; y Manycore, especializada en inteligencia espacial.
Según Morgan Stanley, China alberga actualmente el 56 por ciento de las empresas de humanoides que cotizan en bolsa en el mundo y el 45 por ciento de los integradores de sistemas humanoides.
Mientras tanto, su sector biotecnológico experimenta un rápido crecimiento. Hasta marzo de 2025, el país había aprobado cinco terapias de células T con receptores de antígenos quiméricos (CAR), principalmente para cánceres hematológicos, ocupando el segundo lugar, solo superado por Estados Unidos, que cuenta con seis.
Empresas biotecnológicas nacionales como WuXi AppTec se han consolidado como líderes mundiales. Una comisión del Congreso estadounidense la calificó como el «equivalente de Huawei en biotecnología», advirtiendo que podría permitir al gobierno chino «controlar una cadena de suministro global».
¿Que sigue?
Beijing está invirtiendo recursos sin precedentes en industrias futuras (desde financiación hasta desarrollo de talentos), reconociendo su valor estratégico para el crecimiento sustentable y en su rivalidad tecnológica con Washington.
Para promover avances, el MIIT introdujo en 2023 un nuevo modelo de innovación, según el cual se publican retos específicos. Las empresas o equipos de investigación que los resuelvan en un plazo de dos años tendrán acceso prioritario a apoyo y financiación.
Este año, el gobierno apunta a avances en tecnología cuántica, fabricación a nivel atómico e hidrógeno limpio.
A pesar de un mercado laboral generalmente sombrío, las empresas de tecnología de vanguardia, como las del sector de la robótica humanoide, informan una escasez de talento calificado, lo que las impulsa a ofrecer salarios de hasta cuatro veces el promedio urbano nacional para atraer a ingenieros y desarrolladores experimentados.
Para facilitar la financiación a las empresas tecnológicas, China planea reanudar la inclusión de empresas emergentes no rentables en sus juntas tecnológicas, según Wu Qing, jefe del regulador del mercado de valores, en el Foro de Lujiazui en junio.
En el mismo foro, el gobernador del banco central, Pan Gongsheng, anunció que Shanghái sería pionera en nuevas herramientas financieras, como la financiación comercial basada en blockchain y los bonos de innovación. Estas incluirán mecanismos de reparto de riesgos y apoyo a las empresas de capital privado que emitan bonos de innovación tecnológica.