Desde el 1 de septiembre, las empresas en China están obligadas a pagar las contribuciones a los planes de pensiones de sus empleados, luego de que la Corte Suprema prohibiera los acuerdos informales en los que los trabajadores renunciaban a dichas aportaciones a cambio de salarios más altos.
El cambio busca frenar el deterioro del sistema de pensiones, presionado por el envejecimiento de la población y la reducción de la fuerza laboral. En 2024, los ingresos al fondo central de seguridad social crecieron 5.2% hasta alcanzar 11.9 billones de RMB, pero los pagos aumentaron un 7%, ampliando el déficit. Solo un tercio de la población trabajadora realizó aportaciones completas el año pasado.

Sin embargo, la medida está generando tensiones en las empresas, especialmente en un contexto de crecimiento económico lento y consumo débil.
- Pequeños negocios, como restaurantes, aseguran que los nuevos costos los están llevando a cerrar sucursales o mudarse a ciudades más baratas.
- En manufactura, un empleador señaló que debe pagar 770 RMB adicionales por trabajador (sobre salarios de 4,000 RMB), mientras que los empleados también deben aportar 385 RMB, lo que genera rechazo.
- Para reducir cargas, algunas compañías optan por recortar personal, contratar empleados de medio tiempo o recontratar jubilados, quienes están exentos de las contribuciones.
Expertos advierten que la medida podría llevar a una reducción temporal del empleo formal. Mientras tanto, surgen propuestas para bajar las tasas de contribución, dado que responsabilizar únicamente a las empresas ignora la raíz del problema: un sistema de pensiones insuficientemente financiado y presionado por la demografía.
Fuente: https://www.ft.com/content/401fc2de-2e3e-479d-a939-233dd9bf37fd?emailId=e6d23046-10ee-4124-8c7f-c9029ac84cb5&segmentId=22011ee7-896a-8c4c-22a0-7603348b7f22